Adriana Brodsky: «La gente me sigue llamando ‘Bebota’, soy como la apéndice del Negro Olmedo»

Adriana Brodsky, protagonista de la obra ‘Mi Mujer se llama Mauricio’, celebró en comunicación con AM 1300 La Salada el éxito de la comedia y la posibilidad de hacer temporada en Mar del Plata este verano teniendo en cuenta la situación complicada que atraviesa el país en materia económica. «Si ven esta comedia se ríen y se alejan un poco del ruído, la angustia y los problemas», definió.
«Hace un montón que estamos en cartel y nos vamos a Mar del Plata porque la gente sigue viniendo al teatro. La verdad que es gratificante cuando subís al escenario y te das cuenta que el público se divierte. Es como un círculo, una cosa maravillosa lo que pasa. Nosotros también nos reímos y sentimos la energía, es genial», agregó en ‘La Vuelta con Vos’.
La artista, que sin dudas ha marcado a toda una generación de argentinos, afirmó en contacto con Rosanna González y Romina Monfrinotti que la gente aún la sigue recordando como ‘La Bebota’ por su participación en el sketch humorístico del ‘Manosanta’.

«Fue tan fuerte que casi nadie se acuerda que yo empecé en 1982 en ‘La Peluquería de Don Mateo’ con Gerardo Sofovich y Jorge Porcel. Imaginate lo que era tener a Rolo Puente y a Porcel… nunca entendí que hacía ahí. La vida fue muy generosa conmigo. A pesar de que pasan los años la gente me sigue diciendo ‘Bebota’ por un recuerdo, yo soy como la apéndice del Negro Olmedo», valoró.

Por otro lado, hizo referencia a las declaraciones que en junio de este año hizo en ‘El Show del Espectáculo’, programa que conduce Ulises Jaitt en AM 1300, en donde afirmó que hace 27 años que no siente «el amor de un hombre».
«En realidad no es tan así, yo después de separarme de mi ex marido salí con gente. Es que el tipo de amor que pretendo no lo encontré, busco algo un poco más increíble y que realmente no creo que lo haya en este país. Busco un ser normal», aclaró.
Además, contó que tuvo muchas malas primeras citas a lo largo de su vida: «Hay gente que he conocido, pintaba una cosa, y a los diez minutos de sentarte te das cuenta que no tiene retorno. A mí no me importa si quedo mal, pero cuando pasan esas cosas me voy porque no me gusta perder el tiempo».