Tablado, el femicida que asesinó a Carolina Aló de 113 puñaladas, quedó libre y pidió perdón «a todas las mujeres»

Fabián Gerardo Tablado, el femicida que en 1996 mató de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló en Tigre, recuperó este viernes su libertad tras cumplir su condena y, al salir de la cárcel de Campana, le pidió perdón a la familia de la víctima y a “todas las mujeres” y dijo que no pasa un sólo día sin sentir “remordimiento y culpa” por lo que hizo.

Con algo de sobrepeso, vestido con un pantalón verde, alpargatas rojas, un buzo caqui con capucha y con una mochila en sus espaldas, Tablado caminó desde la puerta de la Unidad 21 hasta el puesto 1 del complejo, cumplió con los trámites de rigor en la guardia y se retiró a pie a las 11.55.

Luego de pasar 23 años, 9 meses y un día encarcelado, Tablado enfrentó a la guardia periodística y respondió durante nueve minutos a las preguntas de la prensa.

“No hay un día que no piense, que no sienta remordimiento y culpa por lo que hice. Es muy difícil. Yo sé que quizás no me crean pero es como me siento”, dijo el femicida.

Cuando le preguntaron por qué asesinó a su novia de 113 puñaladas, contestó: “Siempre me lo pregunto. No encuentro respuesta. No sé qué decir”.

“No solamente me arruiné la vida, sino que arruiné la vida de Carolina y arruiné la vida de la familia de Carolina», añadió.

Dijo ser “muy conciente” de lo que provocó y, cuando le preguntaron si ya había “pagado” por lo que hizo, respondió: “Nunca voy a haber pagado en mi interior, en mi conciencia”.

También le dedicó una palabras a Edgardo Aló, el padre de Carolina: “Le pido perdón, no me va a perdonar, pero por lo menos yo me siento un poco más aliviado pidiéndole perdón”.

Cuando le consultaron si quería contactarlo, dijo “no va a querer”, y respecto a la perimetral que el padre de su ex novia solicitó ante la Justicia para que él no pueda acercarse a la familia, dijo: “Es legal”.

Reconoció que será “difícil” reinsertarse a la sociedad, que sabe que los escraches “son parte de la condena social» y le pidió “perdón a todas las mujeres”.

Tablado afirmó que es “conciente” que evitó una prisión perpetua porque en su época no existía la figura del femicidio, pero agregó: “Yo fui juzgado con las leyes del año que caí preso, en 1996”.

También dijo que la relación con los presos fue “buena”, aunque recalcó que “los casos de femicidio son muy discriminados en las cárceles”.

El ahora ex convicto -que entró a la cárcel cuando tenía 20 años, ahora tiene 43 y el martes cumple 44-, dijo que sus hijas mellizas de 11 años son su “vida”, que las “ama” y que hará lo posible para revincularse con las niñas, pese a que la Justicia de Familia de Tigre le dictó una medida de restricción perimetral de 300 metros por 45 días que le impedirá tener contacto con ellas y con su ex.

La medida fue adoptada por la jueza de Familia 2 de Tigre, Silvia Sendra, luego de la pericia psiquiátrica que concluyó que Tablado no estaba en condiciones de ejercer “la responsabilidad parental”.

Sobre su futuro, dijo: “Recupero la libertad, es una nueva etapa de mi vida”, y luego anunció que intentará retomar la carrera de “derecho” que inició en la cárcel, no quiso decir dónde irá a vivir pero sí confirmó que trabajará con su padre, Miguel Ángel Tablado, quien tiene una carpintería y fábrica de muebles en Tigre.

“Yo quiero hacer las cosas bien, salgo con una mente diferente, distinto. Yo no soy solamente lo que hice en el pasado, soy toda una persona. Me esforcé muchísimo en todos estos años con el Servicio Penitenciario, todos los tratamientos que pude hacer, los realicé en la cárcel”, afirmó.

Agregó que estaba “en una etapa de reflexión” y anunció que va a asistir “a la iglesia evangélica” porque es el culto que profesa.

A las 11.05, Tablado se encontró con una tía, se subió a una camioneta Ford EcoSpot azul y se retiró del lugar.

El crimen de Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, en la calle Albarellos 348 de la localidad de Tigre.

Hasta allí la pareja fue a la salida de la Escuela N°1 Marcos Sastre de Tigre, colegio al que asistían en el turno nocturno, tuvieron relaciones sexuales y comenzó una discusión por celos que culminó en el homicidio.

Tablado, por entonces de 20 años, persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje- y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.

El homicida escapó, le confesó lo sucedido a un amigo y se fue a esconder debajo del puente de la calle Tedín, a unas 20 cuadras del lugar del crimen, donde unas horas más tarde la policía lo detuvo.

En el juicio, querella y fiscalía lo acusaron por homicidio agravado por alevosía para lograr una perpetua y la defensa pretendía que se lo declare «inimputable», pero finalmente, en un fallo dividido, la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple.

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