El trabajo del hombre que le cambia la vida a cientos de mujeres operadas de cáncer de mama
La Fundación Mandinga Tattoo, organizó el pasado fin de semana «La Primer Caminata Rosa de Villa Lugano», con el objetivo de generar conciencia sobre el cáncer de mamá y honrar a las miles de mujeres que luchan y lucharon contra esta dura enfermedad. “Fue algo increíble lo que se vivió con la participación de cinco mil personas”, evaluó Diego Staropoli, uno de los ideólogos de esta movida.
Si bien esta fue una actividad masiva, hay una tarea que en el día a día genera un cambio en la vida de cientos de mujeres. El tatuador de 47 años emprende desde 2015 una tarea solidaria por medio de un proyecto en el que le tatúa areolas mamarias y los pezones a las mujeres que habían pasado por un cáncer de mama.
De acuerdo a lo que contó en AM 1300 La Salada, todo comenzó a raíz de su historia familiar: su abuela tuvo cáncer a los 61 años, le tuvieron que sacar los dos pechos y se bañaba con la remera puesta porque no se podía mirar. Esa vergüenza es la que experimentan miles de mujeres que lograron dar esta batalla.
“Quedarte pelada es temporario, pero sin la areola es permanente. La manera más sana, invasiva y menos dolorosa para reconstruirla es el tatuaje. Para nosotros es algo muy relevante y sabemos cuál es el sentimiento que tienen las mujeres que pasaron por esta enfermedad”, explicó en ‘Cosas de Minas’ con Andrea Bisso.
“Le decimos que van a cambiar radicalmente su vida emocional frente a un espejo o sus pareja. Una mujer que se sigue viendo con su teta blanca, se sigue viendo con cáncer. Automáticamente, cuando se termina de reconstruir la areola, eso desaparece. Es sanador”, definió sobre el proceso que realiza de forma gratuita.