Arturo Bonín: «El camino desde el 10 de diciembre va a ser doloroso porque hay mucho que reconstruir»


“El camino desde el 10 de diciembre va a ser doloroso porque hay mucho que reconstruir”, opinó hoy el actor Arturo Bonín al hacer referencia a la victoria de Alberto Fernández y el trabajo que tendrá adelante desde su asunción.

“Hay gente que la está pasando mal, muy mal. Hambre, postergación, no futuro; es muy fuerte lo que está pasado. Hay que trabajar para lograr una mayor equidad. No digo que seamos todos iguales, pero sí que tengamos todos las mismas opciones y oportunidades”, pidió en diálogo con AM 1300 La Salada.

“Tendamos a eso, a que no haya gente que desde su nacimiento este condenada a formar parte de un grupo que no tiene futuro. Hay que sentar las bases para que esa esperanza esté fundada en algo concreto”, definió.

En diálogo con Andrea Bisso en ‘Cosas de Minas’, el actor se mostró enérgico a la hora de hablar de la gira que emprendieron desde el pasado fin de semana con la obra ‘Un Instante sin Dios’ luego de estar en cartelera en el teatro Nün del barrio porteño de Villa Crespo.

“Estar sin Dios, para los creyentes, se debe vivir con mucho dolor. Otros tienen otros lugares a dónde recurrir o aferrarse. Hay distintas creencias, distintos dioses y formas de conectarse. Yo si pienso en Dios pienso en un referente que tiene que ver conmigo y con mi profesión, por un lado; después compensadores por otro”, comentó.

“Pepe Soriano es un referente único, Alfredo Alcón también lo fue en algún momento. Desde la música tengo varios músicos que son geniales como Jorge Fandermole, Charly García, Spineta, Mercedes Sosa, Troilo, Pugliese. Son mis referentes, próceres. ¿Dioses? No, estos eran imperfectos y tenían pecadillos que los hacían más terrenales y cercanos a mí”, valoró.

Teniendo en cuenta los referentes que las personas pueden tener en su vida, recordó la relación particular de su abuelo que se casó a los 40 años cuando su abuela tenía apenas 15: “Para mí fue una suerte de abuso”, definió.

“Él fue cura hasta los 30 años en Florencia, luego fue a Uruguay y después vino para acá. Fue una historia novelesca. Mi abuela era una indiecita. Esa referencia era la más cercana que tenía a la Iglesia. Yo no lo conocí, pero la saga familiar me hizo nutrir de información”, recordó.

Consultado sobre la posibilidad haberle reclamado algo en caso de haber podido conocerlo, contestó: “Lo que pasa es que nosotros, a medida que nos fuimos construyendo, fuimos aprendiendo a que nos tenemos que deconstruir. Hay cosas que hace treinta, cuarenta o menos años aún, eran de una forma y ahora tenemos que entender que son de otra. Hace cinco años un tsunami verde pasó por el país”.

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