[VIDEO] El desgarrador relato de la madre de Fernando Báez Sosa
Graciela Sosa rompió el silencio y recordó el momento en el que recibió el llamado en el que se enteró de la trágica noticia que daba cuenta del asesinato de su hijo y dio algunos detalles de lo que fue la comunicación con el Papa Francisco durante las últimas horas.
Habían pasado unos minutos de las seis de la mañana cuando Silvino Báez se levantó para ir a trabajar y el celular de su esposa sonaba insistentemente, pero ella no atendió ya que no tenía los lentes. “¿Quién habla? ¿Quién habla?”, preguntó.
Una voz anónima contaba desde el otro lado que su hijo, que se encontraba veraneando en Villa Gesell, había sido trasladado a un hospital, le dieron un numero para que se comunique y colgaron. Más tarde se comunicó con un amigo, que tenía poca información, y luego con la novia de Fernando que con la voz entrecortada dejó entrever lo que pasaba.
“Empecé a golpear a mi marido con toda mi fuerza. ‘¡Mentira! ¡No es verdad!’, gritaba. ‘Mi bebé’, pensaba. Enseguida salimos para Villa Gesell. El viaje se hizo interminable. Aun así tenía esperanza: pensaba que capaz se habían confundido. Hasta que fuimos a la comisaría y me dieron su cédula de identidad. Fue, es y será el día mas triste de mi vida”, contó.
“Tenía ganas de abrazarlo pero no podía: estaba muy deteriorado por todo los golpes que le dieron. Me arruinaron la vida. Todavía no puedo creerlo, pero es verdad”, agregó en ‘Cronicas de la Tarde’ (El Trece).
Por el momento, Graciela no volvió a trabajar y toma una pastilla para dormir: en la entrevusta confesó que unos días después del crimen se animó a ver el video en donde se muestra la golpiza fatal.
“Aproveché que en casa estaban todos durmiendo y busqué en YouTube: quería saber cómo le hicieron eso. No sé por qué lo hicieron. No tienen sentimientos, ni siquiera le dieron la oportunidad de defenderse. Después no pude volverme a dormir”, dijo.
Sobre el llamado del Papa Francisco: “Atendió mi marido y lo escucho decir: ‘¿Quién habla? ¿Quién?’. Ahí me miró y me dijo: ‘Es el Papa’. Enseguida puso el altavoz así yo también podía escucharlo. Nos dijo que no era fácil por lo que estábamos pasando y que él está con nosotros. Además, aseguró que Fernando está presente en todas las misas y nos recalcó que podíamos contar con él. Al final de la charla prometió que iba a volver a llamarnos, pidió que tuviéramos fuerza y dijo que nos daba su bendición”.