Habló Franco, el padre de Leticia Bredice: “Está muy falluta y nos vemos poco”
Nacido en Italia, tiene un lavadero de ropa hace más de catorce años en el barrio porteño de Villa Urquiza, que en un principio compró con fines de inversión y luego se convirtió en un emprendimiento familiar. Se trata de Franco, el papá de Leticia Brédice, rompió el silencio en ‘El Show del Espectáculo’ por AM 1300 La Salada para hablar del frío vínculo que mantiene con su hija.
“Últimamente está muy falluta, pero no es que no tenga amor a su padre”, relató en comunicación telefónica con Ulises Jaitt. En la entrevista, el hombre que es padre e Francesca, una pequeña de cinco años, contó que se ven poco con la artista y que principalmente depende de su voluntad ya que la actriz no frecuenta su hogar paterno.
A pesar de todo, manifestó su alegría por el presente laboral de la actual panelista de ‘Incorrectas’: “Es muy lindo porque me dio un orgullo bárbaro en su vida. Todo hijo es un orgullo. Cada uno tiene su manera de ser. Leticia es la última de mi primera esposa, la que se sentaba arriba de mis rodillas, le dabas un beso y te devolvía tres”.
-¿Cada tanto se ven con Leticia?
-Nos vemos poco porque ella es una persona divina como hija, pero está siempre enganchada en algo. A mí me encanta que me vengan a visitar un domingo y que vengan a comer. Vos le decís, ‘¿venís a comer una pasta?’ Nunca te dice que no. Llega el domingo, es la hora de comer, y te dice: ‘justo vino no se quien, pero a la tarde paso’. No es la primera vez que lo hace. Le preparo todo, espero a mi hija…
-¿Por qué?
-Porque es así. Yo, cariñosamente y con perdón de la audiencia, la llamaría despelotada. Así le hace a un productor, a las hermanas, es así.
-¿El año pasado cuantas veces se vieron?
-Un montón de veces porque amén de que no venga a verme, yo voy.
-¿La va a visitar a Francesca?
-Son contadas las veces que vino. En ese sentido tengo un remordimiento… no mal, porque en parte lo entiendo. La celosía es normal en todo ser humano y mis hijas, las tres, son celosas. A mi nena la vinieron a ver cuando nació, a mi cumpleaños, en eventos. Jamás dijeron voy a ver a mi hermanita. Por eso tengo una puntadita en el corazón porque a mi muñequita la quiero.
-La nena tiene 5 años, ¿cuántas veces la vio en estos 5 años?
-Tres veces porque yo le llevé a la nena. Ella, vino acá a almorzar contadas con las manos. La criatura no tiene nada que ver en que ellas son celosas de su padre.
-La nena no tiene la culta.
-Exacto. Es amorosa. Nunca vi esa atención de ninguna de mis tres hijas: Valeria, que es maquilladora; Marisa y Leticia.
-¿Leticia no te llama para saber cómo está Francesca?
-Nunca, eso nunca. Vuelvo a repetir: no estoy enojado, pero sí dolorido con todas.
-Cuando Leticia estuvo el año pasado en el Bailando, ¿te invitó?
-No nos invitó, pero sabe muy bien que no soy un tipo que le guste ir de acá para allá. Varias veces me hicieron reportajes, entre ellos Juan Carlos Badía, que me mandó el notero a casa. Sabe que a mí no me gusta. Yo soy reservado, me gusta la intimidad.
-¿Te cae bien su pareja, Federico Parrilla?
-Lo conozco porque vino a comer acá a casa. Excelente persona, pero no puedo hablar mucho porque no es que tenga contacto. Con el ex, Germán Palacios, tuvimos una relación muy linda. Otra cosa. No digo de un padre a hijo, pero sí de un hermano mayor y hemos hecho cosas juntos.
-Hace poco dijo que había sufrido una situación de violencia y luego lo desmintió.
-Ni le pregunté porque odio ese tipo de cosas. En el momento se dicen las cosas cuando lógicamente la relación no anda muy bien, después se arreglan y no parece tanto. Yo no conozco prácticamente nada.
-¿Esta denuncia fue en un momento de enojo?
-No puedo decir nada al respecto porque yo no me enteré de que haya habido un problema. Yo tengo la intención de no agrandar las cosas porque por ahí fue un acto de que no andaban bien las cosas y se dijeron cosas. Soy ajeno al momento.
-¿Cómo te cae que haya dicho que sos una chanta al decir que mentías con el título?
-Yo lo tomo como es ella. Es así. Yo no tengo título. Ella, como todo chico, cuando una amiga preguntaba, por ahí decía que yo era arquitecto porque muchas veces he comentado en casa que en la obra me dicen Franco el arquitecto o el maestro mayor de obras. Esas son fantasías de los chicos.
LA ANÉCDOTA DE CÓMO DECIDIÓ TENER A FRANCESCA
“Si viene porque nos descuidamos, bienvenido sea. Pero no buscarlo porque yo tengo mis cuentos pirulos. Así pasaron los años. En enero de 2009 tuve un dolor de pecho, me internaron en el Hospital Italiano y me metieron seis estent. De esto, que me asusté muchísimo, pasaron unos días y le dije a mi señora: me la vi fea y podemos cambiar vida por vida. Yo me salve y no nos cuidamos más. Al poco tiempo, vino Francesca. Fue un acto lindo, de amor que se decidió después de asustarme”.
