Los chicos nacidos en la cárcel y su integración en la sociedad
Derechos vulnerados y una sociedad que los estigmatiza por su pasado son los principales problemas que atraviesa un menor de edad que pasa sus primeros años de vida en la cárcel acompañando a su madre.
«Cuando un chico crece en un contexto donde esta naturalizada la violencia, la delincuencia y el conflicto con la Ley, esto es parte de la normalidad. Los chicos , de a poquito, tienen que ir incorporando algo del afuera sabiendo que existe algo diferente y en donde se van a tener que reinsertar rápidamente», explicó la psicóloga Paula Castro en AM 1300 La Salada.
«Lo que corresponde a las políticas institucionales es generar condiciones donde el niño pueda socializar y desarrollarse de la mejor manera posible. Hay muchas cárceles que tienen casitas en donde hay cuatro o cinco mamás viviendo con sus hijos ahí: no hay rejas y no está la dureza del servicio penitenciario. Eso es fundamental como política de Estado para que no se disuelva el vínculo materno en edades tan tempranas», dijo.
«El psiquismo de un chico se independiza de su mamá entre los 3 y los 4 años. El sistema judicial y penitenciario no apunta al no recuerdo del niño: es fundamental que pueda conocer respecto a esa historia, la cosa es cómo manejamos en la sociedad en la que vivimos el pre concepto de ese chico», explicó.
Lo cierto es que como ese pequeño se reinserte en la sociedad «va en lo que esa mama le pueda transmitir al niño, lo que vivió como un error y el estar cumpliendo una sanción por haber infringido la ley. No da lo mismo una cosa que la otra por más que el niño luego no se acuerde ya que esas vivencias dejan huellas que nos configuran después como personas».
En diálogo con Andrea Bisso en ‘Cosas de Minas’ añadió que hay «derechos vulnerados como la libertad o a un trato digno porque, por más que puedan implementar espacios más saludables, no dejan de estar en contacto con la violencia o las requisas. Sabemos que las cárceles son lugares institucionalmente violentos».